Un(a) niño(a) de tercera cultura (TCK / 3CK) o niño(a) trans-cultural es "una persona que, como menor de edad, pasó un período extenso viviendo entre una o mas culturas distintas a las suyas, así incorporando elementos de aquellas a su propia cultura de nacimiento, formando una tercera cultura."

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domingo, 11 de noviembre de 2012

El Día Del Recuerdo – Jamás Los Olvidemos


Parece ser que este año, muchas fechas importantes en el calendario han coincidido con mis nuevas publicaciones. Esta rara coincidencia beneficia mis queridos lectores fuera del Canadá quienes esperan tener una mejor idea acerca del pueblo que se sienta hasta arriba del globo terrestre, únicamente envidiando el clima caribeño cuando se instala el invierno. Además, sirve para recordar a los residentes dentro de este gran país nuestras raíces que normalmente ignoramos por estar inundados con el mundo de la preocupación. Sigo enfocando la importancia de nuestro pasado como si fuera la columna vertebral de nuestra identidad como país.

La tumba del soldado desconocido en Ottawa, Canadá

El 11 de noviembre, muchos países que participaron en la primera Guerra Mundial conmemoran todos los que lucharon lado a lado contra los alemanes. Los Dominios del Imperio Británico (incluyendo el Canadá) se unieron inmediatamente sin  pensarlo a apoyar la declaración del Reino Unido, oficialmente declarando la guerra a Alemania. Nuestra participación en la Primera Guerra Mundial cambió nuestra historia debido a nuestros sacrificios y contribuciones, haciendo posible una cierta separación de Britannia – aunque también creo una grieta entre los pueblos ingleses y franceses. Las tropas canadienses lucharon por primera vez bajo su propia bandera como unidades diferenciándolas del imperio y nuestros esfuerzos en las batallas de la Cresta de Vimy, Passchendaele y la Batalla de Somme continúan siendo recordadas sobre todo hoy.

Como consecuencia de esta terrible guerra, el Canadá sufrió bajas impresionantes, con 67 000 muertos y 173 000 heridos de un contingente de 620 000 personas movilizadas. Aunque estos números pueden parecer bajos al compararlos con otras contribuciones internacionales (a mí aún me parece una proporción importante), la población del Canadá contaba con aproximadamente 7 879 000 habitantes. En otras palabras, nuestra contribución a la defensa de la Madre Patria contra los alemanes representaba 8% de nuestra población. Los canadienses eran considerados soldados expertos y profesionales y muy temidos por los alemanes como presagio de un ataque inminente. Además de nuestro papel en el frente europeo, mucha de nuestra gente también se ocupaba dentro del país preparando municiones y otros abastecimientos estratégicos.

En la Segunda Guerra Mundial, el Canadá también contribuyó 1.1 millones de soldados y fue el primer país de la Mancomunidad de Naciones en mandar tropas al Reino Unido. Después de dos largas guerras mundiales ensangrentadas, nuestras fuerzas armadas eran de las más grandes pero nuestro ejercito empezó a disminuir  su efectivo, transformándose en una fuerza internacional policiaca. El Primer Ministro canadiense Lester B. Pearson encabezó la iniciativa de misiones de Fuerzas de Paz en la recién creada Organización de las Naciones Unidas buscando evitar otra gran guerra a larga escala después de 40 años tremendamente brutales. Las Fuerzas de Paz entran en zonas de conflicto, poniéndose directamente en el fuego cruzado intentando de promover condiciones de paz. Aún existen muchas condiciones para mejorar el protocolo operacional de las unidades dentro de este cuerpo militar, pero existen ya varios casos exitosos como se observaron en Burundi, Cambodia, El Salvador, Guatemala, Haiti y Suez, sólo para nombrar unos cuantos.

Haciendo homenaje a los caídos en Ottawa, Canadá

El Día del Recuerdo no es un momento en el que nos ponemos a discutir la política detrás de los conflictos que tomaron las vidas de nuestros soldados ni los de otros países. Hoy, reconocemos los esfuerzos, recordamos la vida, el servicio y la dedicación. Estos hombres y estas mujeres dejan todo para servir a su país. Agradecemos su trabajo y gracias a ellos, podemos estar lejos del combate, formar nuestras opiniones y debatir hasta el fin del mundo. Sus vidas cambian para siempre debido a lo que se someten, volviendo con una maleta pesada llena de recuerdos inolvidables que ni podemos imaginar y que hasta puede causar trastornos mentales por el trauma que afecta a la vez toda la familia. Otros salieron dejando sus seres queridos en casa y nunca volverán a reunirse con ellos. ¡Jamás los olvidemos!

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